El primer paso de La Vuelta este año por Madrid nos ha deparado una etapa de emociones fuertes y un gran misterio de salida dentro del equipo de caravana de Caja Rural – Seguros RGA.
Pero antes de llegar a ese punto hay que hablar de los grandes protagonistas de este día que han sido los invitados de esta jornada a seguir la etapa dentro del coche del equipo ciclista.
La verdad es que todas las personas que vienen a vivir la experiencia en el coche de equipo son especiales para nosotros. Pero lo cierto es que pocos casos se dan tan particulares como los de Cande y José Miguel, dos clientes de Cajasiete de Tenerife que resultaron agraciados en el sorteo de un fin de semana en Madrid con los gastos pagados y coche de alquiler además de la oportunidad de vivir esta etapa de La Vuelta en el coche de equipo.
Como no podía ser de otra forma, el gesto de ambos ha sido de felicidad permanente ya que también se encontraban muy ilusionados por el hecho de poder conocer todo lo que lleva consigo la parafernalia de La Vuelta desde dentro. De ahí que hayan disfrutado muchísimo en la zona de punto de encuentro donde han estado acompañados por parte de Ramón Méndez de Vigo y en el entorno del bus de nuestro equipo donde han aprovechado para poder fotografiarse con nuestros corredores.
También han tratado de aprovechar al máximo muchos aficionados, jugándose el tipo en algunos casos, todo lo que repartimos en nuestro coche de caravana de Caja Rural – Seguros RGA. Un vehículo que ha contado con la presencia de María Heres, Álvaro Aparicio, Luis de La Fuente y un señor que dice ser Javier, nuestro chófer. Y digo esto por el radical cambio de look con el que se ha presentado esta mañana en la salida. ¿Quién es este hombre?, se preguntaban propios y extraños.
Pero, insisto, para radical la temeridad con la que más de uno se lanza en busca de ‘merchan’ al paso de la caravana. Suerte que contamos con un equipo de profesionales a bordo.
Y una vez cumplido el trámite en la salida llegaba el turno para unos ciclistas que tenían una dura etapa por delante con cuatro ascensiones y, de nuevo, con mucha gana de dar guerra por parte de los diferentes equipos.
De hecho, la lucha por hacer la escapada ha sido bastante dura y el ritmo con el que se ha corrido la etapa ha vuelto a ser frenético. Lo ha intentado Cristian Rodríguez pero no ha podido seguir el ritmo infernal impuesto, entre otros, por el colombiano Sergio Higuita que ha acabado haciéndose con el triunfo final en meta.
Por nuestra parte, ya una vez en Becerril de la Sierra nos tocaba llevar a cabo otra importante tarea como es el teñir de verde un día más la llegada. Y para ello se han empleado a fondo junto al resto del equipo Ángel Tardón y Juan Luis Cano. Además, la rapidez con la que ha vuelto a andar la carrera ha dado lugar a que la caravana publicitaria haya llegado muy pronto y que se hayan tenido que repartir las banderas en varias tandas. Pero gracias a esa estrategia se han visto muy bien a la llegada del ganador.
Y terminada esta etapa ha comenzado otra, la de llegar a Ávila. Aunque para etapa la que he tenido que darme para llegar hasta la habitación de un hotel que es un inmenso palacete en el centro histórico abulense y en el que he tenido que coger varios ascensores y atravesar escaleras y pasillos para llegar a la buhardilla en la que me encuentro hoy. Un lugar donde uno no sabe si escribir un post o unos versos del Siglo de Oro. Versos que seguro que recitaría magistralmente nuestro Vicente Aguado.
La verdad es que tanto este sitio como el entorno rezuman historia. Y la próxima etapa ni os cuento ya que vamos nada menos que de Ávila a Toledo. ¡Pardiez!
Buenas noches… o días.
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