20º Etapa Avilés – Alto de L´Angliru

La etapa reina de La Vuelta

Eran las 8:00 de la mañana, no se veía un rayo de sol, el cielo estaba gris y el suelo mojado, pero aun así, la temperatura era muy buena y el día prometía.

A las 11:00 horas nos esperaban Oscar y María en el Centro Niemeyer. Nos dieron las acreditaciones y pasamos con ellos a la zona VIP. Me dejé envolver por la música y el buen ambiente que se respiraba.

Se unió a nosotros José María Fernández, Roberto de C.R. de Asturias, dos personas de Oficinas e invitados de la Caja. Hicimos tiempo hasta que llegó el Merchandising, que entregamos posteriormente.

Vimos a Francesco Lasca sentado en el stand de al lado. Ruth, valiente y decida le llamó para que se hiciera una foto con nosotros, la cual adjuntamos, al igual que otras.

Voluntarios con Francesco Lasca

Voluntarios con Francesco Lasca

 La vida es un gran viaje donde acumulamos experiencias. Doy las gracias a mis compañeros de este viaje y a todos los que han hecho posible que se éste se llevara a acabo.

Rosa Sanz 

 

La Escalada de L´Angliru

Siempre es una delicia volver a Asturias, pero en esta ocasión a este placer se ha unido un conjunto de experiencias muy positivas, además de divertidas y dicho sea de paso, enriquecedoras.

Formamos parte del grupo de voluntarios del Anglirú (en adelante “Grupo Montañero”) Angel, Auri, José Antonio, Maite, Piedad, y la que escribe. Salió la expedición, como mandan los cánones, antes del amanecer. Tras unas paradas de rigor para tomarse un cafetito y entrar el calor (porque la mañana, aunque espléndida, era fresca), cruzamos la inmensa y amarilla llanura castellana.

A continuación atravesamos las bonitas montañas leonesas con sus embalses de luna, y entramos en el interminable túnel del Negrón, de cuya boca salimos cayendo de sopetón en Asturias. ¡¡Paisaje fantástico¡¡

Unos kilómetros más adelante apareció Pola de Lena, ciudad emblemática de la cuenca minera. Desde esta villa partía el carreterín inquietante que llevaba a pie del monte del Anglirú, carretera espantosa que tomamos y que te ponía los nervios de punta, no apta para gente cardíaca o con vértigo, ruta de paisajes preciosos, pero sacada del manual del aventurero, curvas estrechas, vaivenes, precipicios, el montoyita basculaba de izquierda a derecha y además se le cruzaban por todas partes ciclistas amateur que querían subir el monte y ser espectadores de primera de la llegada de sus ídolos. El autocar tenía que reducir la marcha tras ellos, no los podía adelantar…

Llegamos el Grupo Montañero a pie de monte y pretendimos seguir subiendo con el autocar montaña arriba, ya que nos informan que la carpa y fan zone se ha ubicado en monte arriba, a 600 metros de altitud, en un collado. La guardia civil ha cerrado abajo y sólo permite subir andando, en bici o a caballo. Son 6 kilómetros cuesta arriba que empezamos a escalar.

Voluntarios del Anglirú

Voluntarios del Anglirú

Maria y Oscar nos resuelven rápidamente la situación y consiguen que baje desde la carpa una furgoneta de la CR de Asturias, a pesar de que no se le permitía moverse, que nos rescata a mitad de camino.

 

Furgoneta al rescate

Furgoneta al rescate

 

Los compañeros de CR de Asturias (Enrique, Roberto, Jose Antonio….) nos recibieron con una actividad frenética y tenaz que mantenían desde primera hora de la mañana. Amables nos invitaron a “bollos preñaos y casadielles” y comenzamos a ayudarles. Se trabajó mucho y con gran tesón, con compañerismo, y se consiguió a la hora de paso de la vuelta sembrar de color verde la subida del monte a costa de camisetas y aplaudidores que iluminaban de color.

Fan Zone en la subida del L´Angliru

Fan Zone en la subida del L´Angliru

Me gustaría agradecer el cariño con el que nos recibieron Oscar y María y cómo nos facilitaron todas las gestiones. Hay un refrán montañero que dice: “Para ir a la montaña, todo lo has de hacer con maña”. Así de mañoso se apañó Oscar, nuestro “Sherpa” particular quién ubicó estratégicamente su  coche, accesible campo a través de unos prados. Esto nos permitió bajar del monte en un tiempo récord cortando la ladera norte desde el collado, en cuanto concluyó la vuelta,  librándonos así del alud de gentío que pretendía bajar por la angosta carretera, de forma que pudimos volver a Madrid a una hora prudente.

Destacaría, además de estas vivencias, una gran enseñanza. Ví trepar por la infernal y mítica subida a esta cima a Chris Horner. Otros escaladores pasaron con el rostro contraído de dolor, me emocionó ver de cerca su cara serena, su dominio y su concentración. ¡Qué esplendor de la madurez, a sus 42 años se hizo en esta subida con la Vuelta entera¡. Gran enseñanza para esta sociedad que aparca inconscientemente a los profesionales de edad. Mi admiración y apoyo, desde Asturias sólo puedo decirte ¡PUXA  HORNER¡. Extraordinario, sigue así.

Elena Gómez Manzano

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