Tanto si eres muy aficionado al ciclismo como si es un deporte que sigues de refilón, lo cierto es que la experiencia de vivir desde dentro todo el trasiego de una gran ronda por etapas en el coche de equipo de Caja Rural – Seguros RGA es algo que no olvidarás y que te dará una perspectiva distinta de cada etapa de La Vuelta.
Hay que recordar que ese es un privilegio que han ido gozando a lo largo de estos años muchos responsables, trabajadores e invitados de las diferentes Cajas del grupo Caja Rural y de Seguros RGA. Y ese ha sido el privilegio que yo he podido disfrutar en esta segunda etapa entre Nimes y Gruissan.
Imposible no pensar en la primera vez que viví algo así en aquella bonita jornada del 2002 por mi tierra entre El Ejido y Sierra Nevada dentro del coche del Costa de Almería con Juan Martínez Oliver a los mandos. Y también imposible no acordarse de los buenos momentos vividos en carreras junior con los amigos del Club Ciclista Ciudad de El Ejido que capitanea Juan Álvarez. Pero cualquier etapa es un mundo. Y la de este domingo no iba a ser menos.
Para empezar, ya era todo un espectáculo arrancar rodeando Les Arenes de Nimes. Aunque el elemento que preocupaba a todos en carrera no era la tierra, ni el agua, ni el fuego sino el aire, ya que las fuertes rachas que había en la salida presagiaban posibilidad de abanicos.
Por tanto, todo el mundo ‘con las orejas tiesas’ desde el principio y nuestro director, Eugenio Goikoetxea, dando instrucciones y órdenes precisas en cada momento acerca de posibles peligros y lugares importantes en los que estar atentos a posibles ataques. Sigue leyendo